Departamento de Humanidades UAM-AZC

Tema y Variaciones de Literatura 56.- La suave patria y el nacionalismo literario.

Información de la Publicación

  Publicación : Tema y Variaciones de Literatura
  Presentación : Carlos Gómez Carro,
  Titulo : 56.- La suave patria y el nacionalismo literario.

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 Resumen Presentación Dossier

Un trono a la intemperie


El acucioso antropólogo Eduardo Matos Moctezuma ha afirmado que el pueblo mexica nunca contempló un águila devorando una serpien-te sobre un nopal, para ahí fundar la ciudad sobre el lago de la luna, México-Tenochtitlan. Es la afirmación de un científico prestigiado (iniciador del proyecto Templo Mayor) que refuta un mito. Podría señalar, del mismo modo, que Quetzalcóatl nunca fue engañado por Tezcatlipoca, cuando aquél es burlado por éste con una ingeniosa estrategia (se disfraza “el siempre joven” de anciana y le promete mostrarle su verdadero rostro), de consecuencias funestas en el ámbito de la narrativa mítica del Anáhuac. Asombraría, del mismo modo, que algún historiador señalara la ausencia de pruebas acerca de la existencia de Zeus o que Rémulo y Remo no pudieron ser quienes fundaron la Roma imperial. Más allá de que los mitos no se componen de argumentos demostrables y viven en el limbo del tiempo (tampoco la Virgen de Guadalupe se le habría aparecido a Juan Diego en el Cerro del Tepeyac ni existido nunca el “milagro de las rosas”.)

Lo cierto es que, como argumentara Denis de Rougemont (El amor y Occidente), los mitos hablan a través nuestro sin que lo advirtamos. Así, para el creyente, de manera secreta, Coatlicue es la Virgen de Guadalupe, y Guadalupe una advocación de la Virgen María, y, por consiguiente, su Hijo un mestizo (al menos, en algunas exquisitas disquisiciones novohispanas). De ahí que Richard Nebel considere el manto de Guadalupe como el símbolo maestro de la cultura en México. En ella se resumiría la patria sincrética y mestiza, ya desde la primera mitad del siglo XVI.

Y si Tenochtitlan no fue fundada en 1321, aun así, los caprichos numéricos se suman al imaginario colectivo en un ejercicio numérico que habla a través nuestro. Y es que, tres siglos después, en 1521, es tomado preso el “joven abuelo”, el tlatoani mexica Cuauhtémoc, y registrada en ese año la caída de la ciudad imperial de México-Tenochtitlan a manos de sus profusos enemigos, un 13 de agosto. En 1821, otros tres siglos más tarde, se registra la consumación de la Independencia política de México, y cien años después, la fundación de la Secretaría de Educación Pública en México, durante la presidencia de Álvaro Obregón y, con ello, el inicio de un deslumbrante y enérgico proyecto cultural al mando del filósofo y escritor José Vasconcelos. También, la publicación, en ese año, del arquetípico poema “La suave Patria” y la muerte de su autor, Ramón López Velarde (1882-1921).

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